viernes, 29 de julio de 2011

Sandiera
Y pasó por mi barrio llevando
un sandial en el carro entoldado
y sandiales su voz, que llenaba
de rojas sandías la siesta quemante.
¿Oh, rojas sandías, de carne jugosa,
blandita, incitante, brillante y sabrosa!
¿Oh, sandiera canaria, que pasas
por mi siestas de grillos y duendes
y chicharras cantoras. Sandiera
del grande pañuelo listado ... Sandiera
del carro entoldado, de fuerte caballo
que al sol del verano,
pasas frente a la casa del pobre
gritando: «Sandiera»
como pasa la dicha sandiera
de mi dicha feliz, de mi infancia
que en las piedras del largo camino
se rompió como «sandía madura»...
¡La llevaba corriendo, en mis manos
y se me hizo pedazos...!
Sandiera, te quiero, porque eres sandiera
de mi infancia linda, sagrada, inconsciente
Ya estarás viejecita en la chacra,
ya no irás en tu carro entoldado,
al sol de la siesta indolente,
frente al rancho del pobre
de piso «rociado»
gritando Sandiera.
Ante el verde sandial de tu chacra
y la gloria alegre de tus nietecitos
mateando a la sombra,
harás unos viajes muy largos, muy largos,
a los barrios más pobres del pueblo,
donde tantas mujeres de blanco,
tapándose el rostro con blancos pañuelos
se te acercan diciendo:
-¿Cuánto vale esta «sandia», sandiera?
¡Cuánto dieras por ir cada día,
voceando a la siesta «la rica sandía»!
Yo también... cuánto diera por ver tu silueta
sobre el carro entoldado.
Pero yo, quién soy yo que te hablo
sandiera?
Soy «un niño» que llora en silencio que
llaman «poeta»,
de esos hombres que sienten la vida:
soy aquel morochito, de blanco vestido,
soy aquel morochito del barrio querido
desde donde se avistan las islas y el río.
¡Oh sandiera canaria, estrellita
de mi infancia tan fresca y bonita
quiero ir por tu chacra, vestido de cura
a comerme una «sandía madura»
y a leerte esta dulce poesía,
más dulce y sabrosa que roja sandía.

Ramón Montero y Brown

Sacerdote salesiano que nació en Puntas de Coquimbo en 1879,
 y que además  de dedicarse a la literatura, escribió sobre Folcklore, 
Didáctica e Historia, en una extensa lista de títulos casi todos de
difícil ubicación. Destacándose «Del Terruño», «Querencia»,
 y «Mercedes ciudad de las flores».

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