viernes, 12 de agosto de 2011

“¿Qué fue de la vida de Beth Burton”
decía el poema que escribí una mañana
en un viaje de tren
mientras cruzaba
por fugaces provincias de veinte años,
con los ojos perdidos en las quemas
y en ciudades a medio dibujar
contra el fondo del cielo.
De vuelta a casa
vino conmigo el cuaderno de versos
de la ausencia
y Beth, mi compañera de banco de la escuela,
se quedó en una hoja a esperar que tañeran
campanas de recreo.
Cierto día pasó el viento por casa y se llevó el cuaderno
para encender antorchas
en la fiesta de bodas de la muerte.
Beth Burton, su memoria de papel, su padre
Biblia en mano, su casa a la que nunca entré, se fueron
por el humo, pájaros de otro viaje del que aún
no regresan.


Luis Carro
Del poemario “El hombre que cierra el ojo izquierdo”, en preparación.

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