sábado, 20 de agosto de 2011

Carta de “Martín Fierro” a su amigo Juan Manuel Blanes con motivo de su cuadro “Los Treinta y Tres Orientales”





Amigo Don Juan Manuel,
Me alego mucho que usté
Sano del copete al pié;
Y dispense si en su carta
Algún disparate ensarta,

Este servidor de usté.

Una suya recibí
Puntiada con todo esmero;
Y al verlo tan cariñero
Dije para mi: “á este Blanes
No hay oriental que le gane
Como amigo verdadero”.

Y aunque me llame atrevido
O que a la luna le ladro
Como ese bicho taladro
Que no puede estarse quieto
En todas partes me meto
Y me metí a ver su cuadro.

Por supuesto, los diez pesos
Los largué como el mejor,
Pues no son ragatiador,
Y ya dentré a ver después
Los famosos Treinta y Tres;
¡Ah cuadro que da calor!

Me quedé como azorao
Al ver esa comitiva:
La miré de abajo arriba
Pero ¡que el diablo me lleve!
Si parece que se mueve
Lo mesmo que cosa viva!

Encima han acomodao
Un sol que valdrá un tesoro:
Lo habrán puesto, no lo inoro,
Como en el naipe español,
Porque habrán dicho esos todos:
“A todos alumbra el sol”.

Y la gente tan dispuesta
Que su país va a libertar,
No se le puede mirar
Sin cobrarles afición:
¡Hasta quisiera el mirón
poderles acompañar!

Para mí más conocida
Es la gente subalterna:
Más se ve que quien gobierna,
O lleva la dirección,
Es un viejo petisón
Que está allí abierto de piernas.

Tira el sombrero y el poncho
Y levanta su bandera
Como diciendo: “ande quiera
Que flamé se ha de triunfar,
Vengo resuelto a peliar
Y que me siga el que quiera”.

Le está saliendo a los ojos
El fuego que el pecho encierra
Y señalando a la tierra
Parece que va a decir:
“Hay que triunfar o morir,
muchachos, en esta guerra”.

Y animando aquella gente
Que a lidiar se precipita
Mientras se mueve y agita
Oyendo hablar al viento,
Hay uno que dende lejos
Le muestra una crucesita.

Cerca de él hay otro criollo
De poncho y de bota fina:
Se ve que en la tremolina
Hará aujero si atropella:
Ha agarrao la garabina
Como pa darles con ella.

El otro de camiseta
Ya deja ver que es soldao;
Está muy arremangao
Como hombre resuelto a todo:
Se le conoce en el modo
Que ha sido algún desalmao.

Hay uno de pantalón,
Tirador bordao de seda:
¡Que lo resista quien pueda
cuando llegue a gritar : truco!
Ha echao al hombro el trabuco,
Y se ha metido en la rueda.

Es de pantalón, también,
Otro de sombrero al lado:
Es resuelto y animao,
Pero de un modo distinto;
Tiene el naranjero al cinto
Y parece mas confiao.

Hay otro viejo gritando
“A mí naides me aventaja:
en cuanto suene la caja
he de responder al grito”.
Tiene en la mano un corvito
Que ha de estar como navaja.

Ese que está arrodillao
No me deja de gustar;
Uno puede asigurar,
Que va a decir cuando hable:
Todos tienen que jurar
“Sobre la hoja de este sable”.

Ha de haber sido algún bravo
En el ademán se alvierte
Y “para estar de esa suerte,
Dije yo, lo han elejido,
O por ser más decidido
O por tener bota fuerte”.

Me gusta el de casaquín:
Se le nota el movimiento,
Como que en ese momento
Tira su sombrero arriba,
A tiempo que pega un viva
Medio loco de contento.

Pero entre tanto valiente
Dende lejos se divisa
El que en mangas de camisa
Se hace notar el primero.
Un gaucho mas verdadero:
No he visto ni en los de Urquiza.

Espuela y botas de potro
Todo está como nacido:
Es patriota decidido
Resuelto se ve que está:
Para mejor, le ha salido,
Medio escaso el chiripá.

En el amor y en la guerra
En todo habrá sido igual:
Tiene en trance tan formal
El enemigo en contorno,
Pero no olvidó el adorno
De la cola de pavo rial.

Le descubre la intención
Todito aquel que lo vea;
Para dentrar en pelea
Revela hallarse dispuesto,
Y, de fantástico, ha puesto
De dragona la manea.

Lleva su ropa y sus armas
Como que las sabe usar:
Con gracia sabe arreglar
Su trabuco en la cintura;
Muestra ser, por la figura,
Sin asco para matar.

Y además de algunos otros,
Me ha llamado la atención
Uno que está en un rincón
Como quien no dice nada:
Se ha largado a la patriada
Descalzo y de pantalón.

Para mi solo decía:
“Estos hacen lo que deben;
y varones que se atreven
con voluntad decidida
a jugar ansí la vida
tal vez ni cigarros lleven”.

Van a libertar su Patria
Peliando con valentía;
Quizá ni ropa tendrían,
Pero nada los sujeta:
Hasta las mesmas maletas
Están ay medio vacías.

La garabina y el sable
Que están tirados allí
Pensé yo al verlos ansí:
“O alguno se ha hecho avestruz,
o son de aquel de la cruz
que los ha dejado aquí”.

A la distancia se llevan
El bote los marineros,
 Los mesmos que los trujeron
Se retirar apurados:
Ya se ve que les hicieron
La compaña del ahorcao.

Parece que van diciendo:
“Ay quedan sin esperanza!
Y vámonos sin tardanza:
Si viene fuerza enemiga
Tal vez alguno consiga
Escapar de la matanza”.

Yo los hubiera agarrao
A los que el bote se llevan:
Justo es que a todo se atreva
El hombre que hace la guerra:
Cuanto pisaron en tierra
Debió principiar la leva.

No meto en esta coplada
A todos por no cansarlo:
Pero debo confesarlo,
Amigo, y se lo confieso,
Yo le saqué los diez pesos
Al cuadro tanto mirarlo.

Con ésta son Treinta y Tres
Si es que la cuenta no yerro:
Así pues mi carta cierro,
Amigo, me planto aquí.
Ni Cristo pasó de allí
Ni tampoco
        
              Martín Fierro






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