viernes, 25 de noviembre de 2011
Felisberto Hernández
I
Yo no quiero decir cómo es ella. Si digo que es rubia se imaginarán una mujer rubia, pero no será ella. Ocurrirá como con el nombre: si digo que se llama Elsa se imaginarán cómo es el nombre Elsa; pero el nombre Elsa de ella es otro nombre Elsa. Ni siquiera podrían imaginarse cómo es una peinilla que ella se olvidó en mi casa; aunque yo dijera que tiene 26 dientes, el color, más aun, aunque hubieran visto otra igual, no podrían imaginarse cómo es precisamente, la peinilla que ella se olvidó en mi casa.
II
Yo quiero decir lo que me pasa a mí. ¿Y saben para qué?, pues, para ver si diciendo lo que me pasa, deja de pasarme. Pero entiéndase bien; me pasa una cosa mala, horrible: ya lo verán. Sé que por más bien que yo llegara a decirla, ocurrirá como con la peinilla y lo demás; no se imaginarán exactamente, cómo es lo malo que me pasa; pero el interés que yo tengo es ver si deja de pasarme tanto lo malo que se imaginarán, lo malo que en realidad me pasa.
III
Elsa no es precisamente, una de las tantas muchachas que no me aman: ella no me amará dentro de poco tiempo, porque ahora ella me ama. Nos hemos visto muy pocas voces; ella está muy lejos; nuestro amor se mantiene por correspondencia; pero yo tengo la convicción, yo afirmo categóricamente, yo creo absolutamente -ya explicaré ampliamente por qué tengo esta fiebre de afirmar- yo vuelvo a afirmar que dada la manera de ser de ella, dejará muy pronto de amarme, porque ella no podrá resistir el amor por correspondencia. Yo sí, pero ella no.
IV
De lo que ya no existe, se habla con indiferencia o con frialdad; pero yo hablo con dolor, porque hablo antes de que deje de existir y sabiendo que dejará de existir: recuérdese cómo lo afirmé.
Cuando espero algo, siento como si alguien -llámese Dios, destino o como quiera- tratara de demostrarme que la cosa que espero no llega o no ocurre como yo esperaba. Entonces, cuando yo tengo interés en que una cosa no ocurra, empiezo a pensar que ocurrirá, para burlarme de ese alguien si la cosa llega u ocurre, para hacerle ver que yo la preveía; y él por no dar su brazo a torcer no me da ese gusto y la cosa ocurre; pero he aquí que al final triunfo yo, porque precisamente lo que más deseaba era que no ocurriera. También debo decir que ese alguien suele sorprenderme dejándose burlar, y que yo triunfe aparentemente y quede derrotado íntimamente: pero esto ocurre las menos de las veces.
Para ser franco, diré que yo no creo en ese alguien, que a ese alguien lo creamos, y para crearlo lo suponemos al revés y al derecho. Pero cuando nos encontramos frente a un gran dolor, volvemos a pensar al revés y al derecho por si llega a ser cierto que existe. Ahora yo pienso que a lo mejor existe, y que a lo mejor no da su brazo a torcer, y por llevarme la contra hace que no ocurra lo de que ella deje de amarme, puesto que yo afirmo que ocurrirá. Así mismo tengo temor de que ese alguien se deje vencer y la cosa ocurra como en las menos veces: pero yo tengo más esperanza del otro modo: al revés que al derecho. Tendría esperanza aun cuando viera que estoy a punto de que ella no me ame; pues con más razón tengo esperanza ahora que ella me ama normalmente.
Bueno, en total quiero dejar constancia de que tengo la convicción, de que afirmo categóricamente, y que creo absolutamente, que Elsa se diferencia de las demás muchachas, en que ninguna de las otras me ama, y que ella dejará muy pronto de amarme.
Yo quiero decir lo que me pasa a mí. ¿Y saben para qué?, pues, para ver si diciendo lo que me pasa, deja de pasarme. Pero entiéndase bien; me pasa una cosa mala, horrible: ya lo verán. Sé que por más bien que yo llegara a decirla, ocurrirá como con la peinilla y lo demás; no se imaginarán exactamente, cómo es lo malo que me pasa; pero el interés que yo tengo es ver si deja de pasarme tanto lo malo que se imaginarán, lo malo que en realidad me pasa.
III
Elsa no es precisamente, una de las tantas muchachas que no me aman: ella no me amará dentro de poco tiempo, porque ahora ella me ama. Nos hemos visto muy pocas voces; ella está muy lejos; nuestro amor se mantiene por correspondencia; pero yo tengo la convicción, yo afirmo categóricamente, yo creo absolutamente -ya explicaré ampliamente por qué tengo esta fiebre de afirmar- yo vuelvo a afirmar que dada la manera de ser de ella, dejará muy pronto de amarme, porque ella no podrá resistir el amor por correspondencia. Yo sí, pero ella no.
IV
De lo que ya no existe, se habla con indiferencia o con frialdad; pero yo hablo con dolor, porque hablo antes de que deje de existir y sabiendo que dejará de existir: recuérdese cómo lo afirmé.
Cuando espero algo, siento como si alguien -llámese Dios, destino o como quiera- tratara de demostrarme que la cosa que espero no llega o no ocurre como yo esperaba. Entonces, cuando yo tengo interés en que una cosa no ocurra, empiezo a pensar que ocurrirá, para burlarme de ese alguien si la cosa llega u ocurre, para hacerle ver que yo la preveía; y él por no dar su brazo a torcer no me da ese gusto y la cosa ocurre; pero he aquí que al final triunfo yo, porque precisamente lo que más deseaba era que no ocurriera. También debo decir que ese alguien suele sorprenderme dejándose burlar, y que yo triunfe aparentemente y quede derrotado íntimamente: pero esto ocurre las menos de las veces.
Para ser franco, diré que yo no creo en ese alguien, que a ese alguien lo creamos, y para crearlo lo suponemos al revés y al derecho. Pero cuando nos encontramos frente a un gran dolor, volvemos a pensar al revés y al derecho por si llega a ser cierto que existe. Ahora yo pienso que a lo mejor existe, y que a lo mejor no da su brazo a torcer, y por llevarme la contra hace que no ocurra lo de que ella deje de amarme, puesto que yo afirmo que ocurrirá. Así mismo tengo temor de que ese alguien se deje vencer y la cosa ocurra como en las menos veces: pero yo tengo más esperanza del otro modo: al revés que al derecho. Tendría esperanza aun cuando viera que estoy a punto de que ella no me ame; pues con más razón tengo esperanza ahora que ella me ama normalmente.
Bueno, en total quiero dejar constancia de que tengo la convicción, de que afirmo categóricamente, y que creo absolutamente, que Elsa se diferencia de las demás muchachas, en que ninguna de las otras me ama, y que ella dejará muy pronto de amarme.
Aforismos
Conocí un hombre interesante: no tenía principios.
Un hombre, un verdadero hombre, no tiene principio ni fin. Como Dios. Los perros le ladran porque iba vestido de Excepción.
El reloj del cementerio se adelanta un poco.
No hay nada más difícil que saber ser loco. ¡Qué cantidad de buen criterio se necesita para ser loco!
Ayúdate, que Dios no te ayudará.
Desarrolla tus defectos, que son acaso lo más interesante de tu persona.
Un hombre desnudo pesa más que vestido.
Ver la paja en el ojo ajeno y la viga también.
Has despedazado las leyes de tu corazón para someterte a las leyes de tu tribu.
En nombre del Arte.
En nombre de
En nombre de
En nombre del Orden.
En nombre de
En nombre de
En nombre del Deber...
Palabras, palabras.
He oído un ruido de cadenas que se rompen. Ha nacido un hombre.
No hay amor ilegítimo.
El mayor enemigo del poema es la poesía.
Axioma para los músicos: Los pájaros cantan mal.
Otro axioma para los músicos: Los barcos cantan mejor que las sirenas.
La vida es una cuestión de vida o muerte.
Es incomprensible que un individuo que haya estudiado profundamente la sociedad actual no sea comunista.
Es incomprensible que un individuo que haya estudiado profundamente el comunismo, no sea anarquista.
Un juez que en el momento de dar una sentencia no se está riendo interiormente de sí mismo y de la sociedad es un perfecto imbécil.
-Soy abogado, soy ingeniero, soy...
-¿Y a mí qué? Eso sólo prueba que posees un diploma de limitación.
Una cortesana llena de melindres es tan repugnante como un ladrón económico.
Estúpido, ¿para qué arrojas cáscaras de plátano en mi camino?
Consejo a los pintores: Para estrangular a
Mis versos son cálculos de evasión.
Nada amo tanto como lo imprevisto. Una gitana en Budapest me leyó el porvenir en las líneas de la mano.
Yo me eché vitriolo y las borré.
La mayor de las degeneraciones y de las morbosidades es el espiritualismo.
Mascar cadenas, he ahí el plato más delicioso para el Hombre.
Las caricias son arañazos de animal doméstico.
Era tan mal actor, que lloraba de veras.
Eva en el Paraíso regalaba la manzana; después salió del Paraíso y empezó a venderla.
Las mejores cosas sobre mí las han dicho mis enemigos.
Huir del hombre, huir de la naturaleza y sentarse encima del arco iris con una pluma en la mano.
Poco no importan los errores o las verdades en un gran autor.
Por mi parte puedo asegurar que muchos autores me gustan más en sus imperfecciones que en sus aciertos.
Lo que nos interesa en Nietzsche no son las verdades de Nietzsche sino la nietzschesidad de Nietzsche.
¡Oh, qué delicia! Jugar con fuego.
Las creencias religiosas tienen como origen la ley del menor esfuerzo.
Vicente Huidobro
(1893 – 1948)
miércoles, 23 de noviembre de 2011
Estamos en carrera
HUM BRAL fue aceptado a participar de los premios 20Blog, organizado por 20minutos.es
Ya hay anotados más de 3500 blogs, y en nuestra categoría hay casi 6 mil participantes hasta la fecha. Es difícil pero asumimos el desafío. Necesitamos del apoyo, o sea del voto de todos nuestros amigos lectores.
Aquí le dejamos el enlace para que se interioricen del tema, y que si quieren hacerlo, voten por nosotros.
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viernes, 11 de noviembre de 2011
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