Selección poética de Gabriel Impaglione realizada especialmente por el autor.
Marx
y Heráclito
A Oliviero Diliberto
Trazar
la parábola y abarcar el mundo.
No
fundaremos el partido dos veces.
Pero
hay hambre y hay lumbre.
Seremos capaces de entender el canto del río?
*
Codicia
Diluvio de óxidos donde
barca alguna salve nada
agua roja de tajo de cañón
y de billete
agua roja para la amapola y
los grillos
agua roja para el niño y la
mujer y para el río
sobre todas las casas y los
campos
sobre cada paloma y cada
palmo de ay y de socorro
un diluvio caliente de
óxido con hueso quemado
sobre tierra dividida sobre manos caidas
colibríes peces
algodón manzanas
sobre cada refulgencia
ahogada en sí misma
sobre silencio fragmentado
y alertas inútiles
sobre las hojas de los
diarios impunes y los impunes
sobre las huellas en la
arena y la hierba de las plazas
un diluvio caliente de
terminante óxido
alzando vapor de
hachas bocas rotas
sobre el viento de
piedra de maquinaria negra
sobre refugios llantos refugiados
diluvio caliente de
terminante óxido oxidófago
que completará la nada
hasta que polvillo luego
como larga noche lenta y
muerta
se acumule espeso
brutal lleno de dientes
asfixie el sueño del
humus borre cauces
grietas senderos cada vestigio de la historia
hasta establecer su
gobierno de oquedades
el hueco de la metáfora
destruida.
*
Noviembre
Solo
frente
a la ventana
habla
y medianoche
como si un arpa
pulsara ese hombre
suave calladamente inmóvil
delante de la lluvia.
*
del invierno
al galope
en bestia invisible
por debajo de las puertas
su manifiesto escrito
a punta de cuchillo.
*
Aspasia
Perendecas lavadas en el sudor del sumo
sacerdote del lucro
sueñan como soñaba la bella Aspasia
ganarse no su pan sino su Pericles
y de hetaira a vivir como Señora
con sirviente y sin frío
Ya ves
nada ha cambiado.
*
Traías una música en el pelo
y te miraba
como a una maravilla atravesando el
tiempo
de una punta a la otra de la tarde
sin palabra
con sorbito de aire
apenas con lo puesto quieto te
miraba
qué podía importarme la razón del
eclipse
Marx una traducción de Quasimodo el
viento
perdido en el follaje
venías con esa música en el pelo
y alrededor no sé no lo supe no me
importaba
si se mecía el tiempo.
*
Final
Antes del primer revoltijo de polvo y piedra
del silbido in crescendo del metal
quemado
del corazón saltando hacia la
urgencia
y la pupila absorta previo al corte de luz
y la alarma las colas el pan de
ayer y las calles
rotas de basta desoido antes de los himnos
televisados las arengas desde los
megáfonos
las solemnes marchas patrióticas y
los viejos
abrazados al miedo que les mordió
la infancia
antes de los niños con porqué al
vacío
y la clandestinidad de los
compañeros
de los discursos de
hemoshechotodoslosesfuerzos
antes del gran silencio de los
diarios y del grito
de los pobres sobre el surco
envenenado antes
del desesperado intento de
comenzar de nuevo
de la implantación del toque de
queda
de las manifestaciones y los
asesinatos
antes del trabajo roto y el hambre
creciente
desbordado como un río de huecos
negros
mucho antes de los pactos secretos
la fiesta
de la casta todopoderosa la indiferencia
como peste en el aire el gran sueño americano
y los créditos fáciles el gran circo romano
mucho antes de cuotas
vidrieras vacaciones
cuando se movían ejércitos
lejanos hablaban
prepotentes los dueños de
todo y un viejo
anunciaba lluvia tardía como en
los años treinta
mucho antes que todo esto
sucediese
te había dicho, mi amor, no hay
dos sin tres,
la tercera guerra será su último gran negocio.
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